Hoy en día con las incesantes exigencias de la vida cotidiana vale la pena revisar el concepto de lo que es el bienestar. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, un completo estado de bienestar físico y mental es lo que se considera salud o ausencia de enfermedad. No obstante, lograr un bienestar íntegro implica en gran medida la construcción y realización de una serie de comportamientos y hábitos positivos que favorezcan la generación y mantenimiento de un estilo de vida saludable.
Si bien, en cierta medida un estilo de vida saludable no está del todo bajo nuestro control, puesto que influyen diversos factores: personales, sociales, económicos, políticos etc., nuestra misión es esforzarnos en adquirir un bienestar donde cuerpo y mente se encuentren en equilibrio. Procurarse un estilo de vida saludable tiene un efecto directo y positivo en nuestra salud tanto a nivel físico como psicológico reflejándose en buena salud, bienestar físico, bienestar mental y bienestar social.
De acuerdo a lo anterior podemos deducir que un estilo de vida saludable debe incluir lo siguiente:
- Ejercicio físico
- Alimentación adecuada
- Buena calidad de sueño
- Eliminar malos hábitos como el cigarro, exceso de alcohol y consumo de sustancias tóxicas para el organismo.
- Manejar adecuadamente los niveles de estrés
- Atención médica
Es importante subrayar el ejercicio físico como factor primordial para generar un bienestar general en nosotros, ya que actúa directamente en el bienestar emocional y mental reduciendo los niveles de estrés, ansiedad, depresión, mejora la calidad del sueño, disminuye la fatiga y aporta energía y vigor para las actividades del día a día. De igual manera, mejora la percepción de uno mismo, eleva el autoestima, fortalece la seguridad, y mejora la estética del cuerpo. Proporciona también un bienestar físico al mejorar notablemente nuestro estado de salud, disminuyendo dolores corporales ocasionados por el estrés y cansancio.
Asimismo, practicando un estilo de vida saludable podemos observar grandes beneficios manifestándose en distintas áreas:
Buena Salud: Se reduce en gran porcentaje el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad, disminuyendo así el riesgo de la aparición de enfermedades crónicas y cáncer.
Bienestar Físico: Notamos mejora en el desempeño de nuestras capacidades físicas, flexibilidad, fuerza, resistencia, tonificación de músculos, postura corporal y reducción de grasa corporal.
Bienestar Mental: Como se ha mencionado el resultado de una actividad física constante; se reducen los niveles de estrés, depresión y ansiedad, promoviendo la sensación de bienestar y mejorando notablemente la autoestima.
Bienestar Social: Al poseer un bienestar social; se promueve la participación y la integración social, nos permite ser más productivos en las distintas actividades que desempeñamos y se generan espacios para una salud mental lo cual nos permite crear grupos de apoyo con nuestros familiares y amigos
Finalmente, el conjunto de estos beneficios derivan en un bienestar general al percibir una mejora en la calidad de vida y a medida que nos volvemos más conscientes de nuestro cuerpo, mente y un adecuado manejo de trabajo físico, lo más probable es que decidas mantenerlo.