Así que, has cambiado a gluten o a una dieta libre de lácteos (¡o ambos!), pensando que esta sería la bala de plata para tus problemas digestivos, sólo para encontrar que aún estás experimentando síntomas como gases, inflamación, estreñimiento o demasiados viajes al lavabo. Esto puede ser en verdad frustrante y te puede hacer pensar que el esfuerzo de seguir una dieta especial no está funcionando. Sin embargo, es mejor seguir perseverando y mantener estos alimentos fuera de tu dieta si sospechas que son un problema para ti, pero también otros factores pueden estar contribuyendo a tus problemas.
- Necesitas más chicos buenos: ¿Sabías que tenemos cerca de 100 trillones de bacterias viviendo en nuestro intestino? De hecho, estamos hechos de más bacterias que de células. Los diferentes tipos de bacteria y su presencia, juegan un rol importante en nuestra digestión y sobre todo, en nuestra salud. La disbiosis ocurre cuando hay un desbalance, usualmente muchas bacterias malas en relación con las bacterias buenas. El uso de medicinas como antibióticos, otros medicamentos prescritos, estrés y comidas procesadas, pueden contribuir a este desbalance. Si aún sufres de problemas digestivos, puede que necesites “llenar” tu intestino con bacterias buenas. Esto puede ser logrado tomando suplementos de probióticos o comidas fermentadas. Para mantener una buena salud intestinal, es recomendable incluir comidas fermentadas en tu dieta todos los días.
- No estás combinando adecuadamente los alimentos: Diferentes tipos de comida requieren su propio tipo de enzimas para la digestión. Cuando muchos tipos diferentes de comida, son ingeridas a la vez, el cuerpo puede encontrar difícil producir todas las enzimas apropiadas para soportar esa comida. Esto puede causar la digestión inapropiada de ciertos alimentos y llevar a síntomas no deseados como gas, inflamación y absorción pobre. Hay reglas simples para seguir y asegurar una digestión adecuada:
- Come alimentos altos en proteínas al principio de una comida, porque ellos requieren mucho ácido estomacal para una digestión apropiada.
- Las proteínas son mejor combinadas con vegetales verdes y sin almidón.
- Es mejor no comer proteínas y almidones juntos, ya que se digieren mejor por separado.
- Es mejor comer la fruta sola o en muy pequeñas cantidades directamente después de la comida, para evitar la fermentación de ésta y de otros alimentos, causando síntomas incómodos como gas e hinchazón.
- El estrés te está afectando: Niveles altos de estrés son comúnmente responsables de perturbar la digestión. Cuando percibimos o experimentamos estrés, reacciones psicológicas son desencadenadas en el cuerpo y nos movemos a un estado de respuesta a esta amenaza. A esto se le llama “respuesta de pelea o huída”. En este estado, el cuerpo esencialmente coloca a la digestión en espera, como resultado, la sangre es desviada de nuestro tracto digestivo, menos enzimas digestivas son liberadas y menos ácido clorhídrico es secretado para sumarse a la ruptura de carbohidratos, grasa y proteína. El estrés también interrumpe el balance de las bacterias en el intestino. Para remediar esto, es recomendable que realices actividades que te ayuden a eliminar el estrés. Revisate y analiza qué es lo que te está estresando y que te relaja. Analiza lo que debe quedarse en tu vida y lo que debe irse. Si no puede ser evitado, entonces piensa en cómo puedes integrar a tu vida más desestresantes para limitar el efecto en tu salud y bienestar.
- Estás haciendo otras cosas mientras comes: Ver televisión, usar tu laptop, leer o manejar mientras comes, todos son distractores que pueden poner en peligro nuestra capacidad de digestión. Las distracciones multitareas, pueden registrarse como estrés en el cuerpo, ocasionando una respuesta como la explicada anteriormente. El simple acto de atender dos estímulos diferentes a la vez mientras comes, afecta dramáticamente al metabolismo y la digestión de comida, incluso si estas situaciones no se consideran estresantes. Prestar atención a lo que estás comiendo y practicar la comida consciente, te asegura una digestión completa y la recepción completa de los nutrientes.
- Estás comiendo muchos alimentos comerciales hechos de gluten o lácteos: Mientras que el gluten y los lácteos han sido eliminados del pan, bizcochos, galletas y otras comidas empaquetadas, a menudo están llenos de aditivos y conservadores que pueden desencadenar problemas digestivos. Enfócate en la comida real, comida integral, que es naturalmente libre de gluten y lactosa y son mínimamente procesadas. ¡Nuestros cuerpos están diseñados para procesar alimentos naturales!