Razones para probar yoga prenatal

Si estás embarazada y quieres mantener una práctica segura de yoga, podrías estar tentada de seguir tomando tus clases normales. Después de todo, las clases de yoga prenatal tienen la reputación de ser suaves y fáciles. Si eres autoexigente con el ejercicio, podría ser realmente difícil dejar tu poderosa clase de yoga vinyasa. Pero hoy te daremos 8 razones fiables para probar clases de yoga prenatal en su lugar.

  1.       Las clases prenatales se dictan a temperatura ambiente o fresca

El embarazo provoca un aumento de temperatura corporal. Practicando en una sala calefaccionada, te estás exponiendo a un exceso de calor. Practicar en una habitación caliente no es solo incómodo, sino también peligroso para la mujer en gestación, causando golpes de calor y daños potenciales al bebé.

  1.       Los profesores de prenatal entienden la anatomía especial de las mujeres embarazadas y no comprometerán tu gestación

Por ejemplo, la vena cava es una vena que corre a lo largo de la columna, cerca del lado derecho. Es la razón por la cual nunca verás a un profesor de prenatal haciendo que una alumna se recueste sobre la espalda después de las 14 semanas. Cuando la vena cava está comprimida, la mamá experimenta ansiedad y su corazón comienza a acelerarse. No es suficiente con saber que la ansiedad no es lo que vas a buscar en una clase de yoga, pero quizás sea suficiente saber que cuando la vena cava está comprimida, se reduce el flujo de nutrientes y oxígeno hacia la placenta.

  1.       El yoga prenatal considera el estrés biológicamente inducido del embarazo sobre tu cuerpo

Ya sea que estés dispuesta a admitirlo o no, estar embarazada demanda mucho de ti. Para las 28 semanas, tu volumen sanguíneo ha alcanzado el doble de volumen. Para las 37 semanas, tienes un ser humano completamente formado listo para entrar al mundo colgando de tu abdomen. ¿Cómo crees que este proceso magnífico sucede?

Vuelve al tiempo en que eras una pequeña niña y hacías correr tu corazón afuera durante todo el día. Piensa en qué cansada y exhausta estabas después de jugar con tus amigos todo el día, o luego de haber estado en el campamento de verano. Ahora imagina colocar esa versión más joven de ti misma en una poderosa clase de vinyasa.

¿Crees que esto es algo bueno para el cuerpo? Los profesores prenatales comprenden que el vinyasa no es la forma más beneficiosa de invertir una hora haciendo yoga, así que la modifican según tu cansancio sin comprometer la práctica que disfrutas.

  1.       A través del yoga prenatal se forman comunidades y amistades

Nadie en una clase prenatal está intentando verse la más delgada, modelada o joven. La mayoría de las mujeres presentes están allí para asistir su viaje hacia la maternidad por la primera, segunda, tercera o hasta cuarta vez. Las madres en las clases están pasando por el mismo proceso y tienen la oportunidad de conectarse con otras a través de experiencias compartidas.

  1.       El ambiente de una clase de yoga prenatal asiste el (a veces poco glamoroso) viaje hacia la maternidad

Las mujeres en las clases de prenatal pueden traer colaciones para consumir durante la práctica. Se les permite beber té cuando quieran. Si necesitan ir al baño 20 veces, no interesa. Si accidentalmente se orinan un poco en una pose, es probable que a alguien más le haya sucedido. Probablemente el profesor use las palabras “vagina” y “hueso púbico” al menos 1 vez por clase. Y eventualmente, a casi todas se les escapará una ventosidad.

¿Puedes imaginar sentirte cómoda con cualquiera de estas cosas sucediendo en tu poderosa clase de vinyasa, donde la chica de al lado hace la vertical como si tuviera 18 años? Espera… tiene 18? Maldita sea. Tiene 18. No tiene idea qué se siente usar jeans maternales.

  1.       Tu instructor de prenatal es generoso en recursos

Por alguna razón, las mujeres embarazadas siempre están en mudanzas, entre casas o a una nueva ciudad. De cualquier manera, tu instructor de prenatal está conectado con la gran comunidad de nacimientos, y si tienes preguntas o necesitas recomendaciones, seguramente te orientará en la dirección correcta.

  1.       Las clases abundan en posturas para el óptimo posicionamiento fetal (OPF)

¿Conoces a madres que hablan sobre sus partos con cesárea con un poco de tristeza? ¿Aquellas que han experimentado una distocia de hombros (el hombro se presenta primero) o un nacimiento con el bebé en posición invertida? Si bien no todos estas situaciones de nacimiento son prevenibles, las posturas para el óptimo posicionamiento fetal pueden aumentar las posibilidades de parto natural (debería ser lo que quieres… ¡no todas las madres lo quieren!) Tu instructor prenatal te dará una clase salpicada de poses para el OPF, incluso si no lo dice.

  1.       Tus molestias y dolores serán direccionados

¿Tobillos hinchados? ¿Dolor en la zona lumbar? ¿Sofocones? Los profesores de prenatal lo cubren todo. Con las poses, técnicas y ejercicios que puedes hacer por ti misma después de clases, te llevarán por una práctica llena de increíbles beneficios para tus molestias y dolores.

Así que ¿por qué practicarías una clase genérica de yoga donde no conoces el entrenamiento prenatal del instructor? El yoga prenatal puede ser una magnífica herramienta para obtener los mejores resultados de tu práctica de yoga mientras estás embarazada. Prueba algunas clases de prenatal para hacerte una idea de qué evitar en tus clases de yoga regular, si aún no estás convencida.

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