Existen un sinnúmero de opciones y medidas que podemos tomar para asegurar que nuestro sistema inmune se mantenga fuerte todo el tiempo, sin embargo, hay una pequeña hierba que ha pasado desapercibida hasta ahora. Y ahora podemos decir que el orégano está de moda.
Sorprendentemente, este aceite no es parte de los regímenes de dieta de la mayoría de las personas, pero vamos a desglosar cómo y por qué deberías definitivamente añadir esta súper hierba a tu rutina. El aceite de orégano ha sido utilizado para luchar contra infecciones, alejar bacterias, virus, y en general es un potente amplificador de la inmunidad. Su lista de usos y remedios potenciales son infinitos, pero hemos enlistado los cinco que nos parecen más importantes.
- Ataca a los radicales libres: El aceite de orégano contienen altos niveles de antioxidantes, que ayudan a prevenir y reducir el daño celular, así como reducir la inflamación en general, e incluso inhibir el crecimiento de células cancerígenas.
- Alergias: El orégano es un potente antihistamínico que se ha demostrado que reduce los síntomas de alergias ambientales de la estación, sensibilidades, e incluso, el asma.
- Alivia del dolor: El aceite de orégano puede utilizarse externamente para aliviar el dolor y la tensión en los músculos, y ha sido utilizado para aliviar el dolor relacionado con la artritis reumatoide. Es posible que las propiedades de calentamiento del aceite sean los responsables de estos efectos benéficos. Asegúrate de mezclar el aceite con algún otro como base, ya que el aceite de orégano como tal puede causar irritación de la piel.
- Digestión: El aceite de orégano puede ayudar a estimular la producción de bilis y jugos digestivos, ayudando a mejorar la digestión en general y la asimilación de nutrientes.
- Combate las infecciones: El carvacrol, uno de los potentes componentes que se encuentran en el orégano, es particularmente efectivo contra las infecciones bacterianas, y responde mejor que otras hierbas como el sello de oro o la equinácea en cuanto a mejorar el sistema inmune del cuerpo.
También es un remedio poderoso para las infecciones por cándidas y levaduras, especialmente aquellas que son resistentes a los fármacos antifúngicos. No solo puede prevenir las enfermedades originadas de alimentos por patógenos, como la salmonella y el E. coli, sino que también puede ayudar a aliviar los síntomas de envenenamiento.