Esta guía de 10 pasos es para una de estas dos personas: aquella que quiere hacer yoga pero aún no ha comenzado, y aquella que realmente no puede siquiera digerir la idea de hacerlo.
Quizás no has encontrado la clase o el profesor adecuados, o tal vez el pensamiento de hacer una lenta danza interpretativa con un manojo de granola crujiente no es la forma ideal de pasar tu tiempo libre.
De cualquier manera, considera esta una rápida y sucia desmitificación de lo que el yoga realmente es, y cómo de hecho podría incorporarse a tu vida.
- El yoga está diseñado para eliminar el sufrimiento a través de la conciencia
Todos coincidimos en que queremos sentirnos mejor, especialmente cuando nuestros cuerpos son tan proclives al dolor. ¿Estás sintiendo molestia, dolor o bloqueo en algún nivel? El yoga ofrece poderosas herramientas para el auto-cuidado y la mantención, pero primero tienes que entender el problema subyacente, sintonizándote con tu cuerpo.
- No se trata de posiciones increíbles, enredos u horas eternas de meditación en silencio. No es un show de moda o un concurso de popularidad.
No te preocupes de cómo se ve, sólo de cómo se siente. Todo se trata de que tú, el practicante, profundices tu relación con tu yo más verdadero y evolucionado. Al comienzo, eso significa solo estar bien con quién eres. Eventualmente esa aceptación crece para incluir el cómo y el porqué también. Pero no necesitarás mirar más allá de lo que está justo delante de ti.
- El yoga puede enseñarte cómo conectarte contigo mismo a nivel físico, mental y espiritual.
Una práctica sólida de yoga es como un sistema de diagnóstico del propio estilo de vida: todo –incluso tú- ocurre en alguno de estos tres niveles, físico, mental y espiritual. Los objetos físicos representan conceptos espirituales y mentales, y viceversa. Por ejemplo, cualquier cosa relacionada con el entrenamiento corporal es un proceso físico. Y una conversación profunda con un amigo o ser amado, es uno mental. Y después, lo que sea que creas sobre el significado de la vida, probablemente exista en un plano espiritual. Cada nivel tiene sus propias características, y el yoga puede ayudarte a tomar contacto con todos ellos.
- Puedes desarrollar la comprensión de que todo en tu cuerpo y mente está conectado.
Nuestro cuerpo es una pieza articulada de maquinaria orgánica, pero la máquina es solo tan fuerte como la comunicación entre sus partes. Tu corazón es un músculo pulsante descomunal y un centro de intuición emocional. Tu cerebro es tanto una computadora personal como un teatro de sueños, y un ovillo de terminales nerviosos. El yoga puede ayudarte a conectar los puntos entre tu cuerpo y mente, así puedes encontrar las vías en que uno podría tener un efecto directo sobre la otra.
- El yoga nos recuerda que somos parte de algo mucho más grande
Un corazón es aún un corazón incluso sin un cuerpo. Existen muchas formas de espiritualidad que proveen de una guía a otras personas, más allá de tus creencias. Todo es parte de un sistema mayor, incluso tú. Piensa en la práctica del yoga como el aceite que mantiene todas las partes del motor de tu vida andando suavemente.
- Reconoce que no todo el yoga es movimiento, pero todo movimiento puede ser yoga.
¿Alguna vez te has sumergido tan hondamente en algo, que el resto del mundo desaparece y te vuelves uno con el trabajo? Parecido es el arte de hacer algo, tal como la práctica del yoga. El desafío es buscar un acercamiento consciente, presente y centrado a cualquier tarea que realices, ya sea surfear, pagar impuestos o estar en un embotellamiento de tráfico.
- El yoga es mucho más que solo sudar sobre una colchoneta de goma
Lo que muchas personas generalmente consideran como yoga –todo ese asunto sudoroso con las colchonetas de goma- es solo una parte de la práctica. El Asana (poses y movimientos) y el Pranavama (el trabajo de respiración) constituyen la mayor parte de la práctica física. La meditación, el Mantra (trabajo vocal) y el Nidra (la visualización) trabajan para mejorar la capacidad mental, y la filosofía del yoga profundiza la conexión hacia una mayor comprensión espiritual.
- El yoga incluye diferentes estilos para diferentes personas. ¡Quizás no todo te guste!
Lo que funciona para ti puede no funcionar para otros. Tus intereses en el yoga Kundalini podrían aburrir a los devotos del yoga Bikram hasta las lágrimas. Si bien sería lindo amar cada tipo de yoga que se ofrece, seguramente deberás probar varios estilos diferentes hasta encontrar algo que realmente te dé la señal. Pero hasta que esto suceda, no te quejes.
- Cualquier persona puede hacer yoga, pero cada cuerpo es diferente
Tu ego a veces puede ser muy molesto. Ahí está lo que quieres y necesitas, pero desafortunadamente no siempre encajas. Esta es la razón por la que la mayoría de la gente nunca da el primer paso hacia su primera clase de yoga, o no se molesta en volver para la segunda. Queremos que sea fácil, menos incómodo o sudoroso. No queremos sentirnos autoconscientes o tontos. Queremos ser los mejores, ¡es totalmente comprensible! Solo se trata de orgullo intentando arruinarte las cosas. Supéralo.
Pero lo más importante…
- Yoga no es sinónimo de tortura
A veces puede resultar desafiante, hasta frustrante, encontrar esa chispa- sobre todo al principio. Pero no importa cuán avanzado te vuelvas, siempre va a haber nuevo terreno para cubrir y más para aprender. Solo recuerda siempre que el yoga reduce el sufrimiento, no lo crea.
Recuerda, el yoga es lo que tú haces de él. ¡Consigues algo a cambio de lo que pones! Sé honesto contigo mismo, organiza tu día y ábrete a todas y cada una de las posibilidades. Pero lo más importante: cree en el poder de uno de los más comunes mantras en el yoga: PRÁCTICA. Quizás no lo haga perfecto, pero al menos sí lo hará permanente.