Si hay algo peligroso en nuestras dietas, son los antojos. A diferencia del hambre, los antojos se presentan con alimentos más puntuales y específicos; por ejemplo, no sólo buscas comer algo de carne, sino que tu cuerpo te pide una hamburguesa de ternera acompañada de papas fritas.
Es posible que el caer en la tentación de antojos ocasionales no arruine nuestra dieta, sobre todo cuando se trata de alimentos saludables, sin embargo, existen casos en que los antojos se vuelven casi una necesidad diaria, y muchas veces nos es imposible negarnos a comerlos.
Es muy probable que cuando el problema de control de antojos se vuelve severo se deba a problemas emocionales que se ven directamente reflejados en la alimentación, como ansiedad y estrés. A pesar de eso, es importante que no tomes esto como un problema grave ni te sientas culpable por sufrirlo, mejor toma nota de los consejos que aquí expondremos para convertirlo en una herramienta de cambio positivo.
- HMSC
Los antojos no aparecen de la nada. Cuando tienes uno, pregúntate a qué se debe. Usa el acrónimo HMSC, que significa “Hambriento, Molesto, Solitario, Cansado.” Todos estos sentimientos pueden enviar señales similares a tu cerebro y cuerpo, lo cual puede manifestarse como antojos.
Después debes preguntarte si realmente estás hambriento: Si han pasado algunas horas desde la última vez que comiste, probablemente debas comer algo. Si sucedió algo que te causó frustración, busca algo de compañía y apoyo. Si estás cansado y crees necesitar de un antojo para tener combustible, puedes intentar tomando una siesta y ver cómo reaccionas ante eso. Es importante aprender a lidiar con los sentimientos de forma diferente a la comida. En otras palabras, debes buscar una solución real, no temporal. Una vez que entiendas por qué tienes el antojo, la solución será más sencilla, especialmente si te haces cargo del problema subyacente.
- Ten un diario
No estamos hablando de lo que sucede en tu día ni de tus peleas de pareja; nos referimos a registrar tus antojos. Lleva un registro en una libreta cuando surjan, y asegúrate de incluir datos más precisos, como la fecha y la hora, los alimentos específicos que crees que necesitas comer, la intensidad de los antojos y si planeas o no sucumbir ante ellos.
Después debes profundizar aún más. Escribe si tienes alguna sospecha de por qué tienes estos antojos. Ese sería un gran momento de probar el HMSC. Con el pasar del tiempo, observarás patrones en tu registro. Esa autoconciencia es muy poderosa. Si tienes dificultad para manejar los factores emocionales, háblalo a diario con alguien de tu confianza o con algún terapeuta.
- Analiza tu consumo total
En ocasiones, los antojos surgen de la necesidad del propio cuerpo por algo que considera le hace falta, es decir, algo no anda bien con la dieta. Si no estás comiendo suficiente comida, tu cuerpo pedirá más energía. Mientras más energía necesite tu cuerpo, más exageradas serán las fuentes de energía de las se valdrá el antojo: chocolates, pan de queso, hamburguesas, etc.
Los antojos también pueden revelar deficiencias nutritivas. Si estás comiendo muy pocos carbohidratos, que es la principal fuente de energía de tu cerebro y tu cuerpo, probablemente se te antojarán fuentes extremas de carbohidratos. Si comes una dieta estrictamente vegetariana, tienes riesgo de una deficiencia de hierro, y el tener antojo de carne es un signo potencial de niveles bajos de este mineral.
Encuentra formas saludables de incrementar los niveles de nutrientes de alimentos que podrían estar faltando en tu dieta para mantenerte sano, mientras que te mantienes alejado de los antojos.
Entre más aprendas acerca de ti mismo y te conviertas en tu propio defensor en lugar de tu propio adversario, estarás más en sintonía con tus necesidades físicas y emocionales. Como bono, los beneficios de tal trabajo irán más allá de tu dieta diaria.